Ya en el siglo XVIII se comenzaron a evaluar los efectos del color sobre la psique humana. Con el correr de los años se realizaron diversos estudios, tests y pruebas en los que se comprobaron las reacciones psicológicas y fisiológicas que los colores producen.
Los efectos psicológicos que se han comprobado son básicamente de dos tipos, los que se definen como directos, los que hacen que un ambiente parezca alegre o sombrío, frío o cálido… y los indirectos, relacionados con los afectos y con asociaciones subjetivas u objetivas de los individuos frente a los colores.