EL PASADO, PASADO ESTÁ

Todos conocemos a alguien que ha vivido una separación, la hemos vivido nosotros mismos o bien, hemos oído hablar de ello. Pero cuando nos pasa a nosotros siempre pensamos que es diferente. A lo mejor esta visión sería distinta si nos parasemos a pensar en las muchas personas que están en la misma situación que nosotros y tratar de encontrar en ellas un apoyo y alguien con quién intercambiar experiencias.

Está claro que una separación nunca es fácil sea como sea. Puede ser decisión tuya, puede ser decisión de la otra persona o por mutuo acuerdo. Cuando esto ocurre hay dos opciones: lamentarse de lo sucedido y no querer mirar hacia delante o bien, aceptarlo como una segunda oportunidad para poder rehacer tu vida; una vida distinta y mejor, aprendiendo de la experiencia vivida.

Una separación no solamente afecta a las dos personas implicadas, sino que también influye en el entorno cercano de estas personas, como son la familia, los amigos, y por supuesto, los hijos en el caso de haberlos. Por ello cuando no tenemos fuerzas para seguir adelante sin la persona y empezar de cero, tenemos que hacerlo ya no solo por nosotros mismos, sino también por todas estas personas que sufren cuando nosotros sufrimos y que sonríen cuando nos ven felices. Debemos encontrar la motivación para seguir también en ellos.

No podemos pretender grandes cambios en poco tiempo, cerrar una etapa de tu vida y empezar otra no es un camino llano y tiene altos y bajos. Muchas veces estamos tan empeñados en encontrar nuestro nuevo camino a seguir en la vida en lugar de dejar que las cosas fluyan, que no vemos que ese camino lo hacemos nosotros mismos. No se trata de buscarlo, sino de empezar a caminar.

De nada sirve lamentarnos de lo que vivimos en esa relación, de la perdida de esa persona o de las cosas que hicimos o dejamos de hacer, porque por mucho que nos lamentemos el pasado no va a cambiar, así que mejor empezar a mirar hacia el presente, asimilar que tu vida sigue sin esa persona, ya que antes de conocerla tenias una vida y por supuesto después de la separación tu vida continúa. A veces acechan pensamientos como: “Mi vida sin él no tiene sentido”, “¿Cómo a seguir mi vida sin él?”, “Él era mi vida”. Cuando esto ocurra lo que tienes que tener claro es que la única persona sin la que tu vida podría seguir eres tú.

Es muy importante no pensar en la ruptura como un fracaso. Cuando comienzas una relación eres consciente de que puede haber dos opciones: que sea para toda la vida o que sea algo temporal. En estas dos opciones influimos, pero no solo depende de nosotros sino también de la otra persona que forma la pareja. Por ello, buscar culpas y lamentarse no es la solución, porque cada parte tendrá su versión; es mejor invertir todo ese tiempo en adaptarse a la vida sin la otra persona.

Una separación o ruptura sentimental puede pasar en cualquier momento de la vida, pero nunca es demasiado tarde ni demasiado pronto para volver a encontrar el amor. El amor no entiende de edades, ni de tiempos, puede surgir en cualquier momento y cuando llega ese momento, no importa lo que haya sucedido antes. Lo que importa es recuperar la ilusión y vivir cada momento como si fuera el primero, porque como se suele decir, solo se vive una vez, y la actitud que tomamos ante la vida solo depende de nosotros.

Muchas veces hemos oído la expresión: “tienes que olvidarte de él”. Quizás la solución no sea olvidar a esa persona puesto que ha sido parte de tu vida y no somos máquinas que podamos “resetear” pulsando un botón, sino simplemente recolocarla en nuestra memoria en el apartado de “pasado”, teniendo en cuenta que nosotros vivimos el presente para conseguir un futuro mejor y el pasado, pasado está.

Descubre en qué puedo ayudarte
¿Cómo funciona?

Últimas entradas